Fernando Uhía

Entrevista a Fernando Uhía
Por Diana García
Edición: Francisco Gallón


Bueno Fernando, hablemos de su último proyecto Masa Crítica ¿De dónde nace?

Fernando Uhía: Nace de ver mucha televisión y de ver a mi sobrina y a otros niños, que los sientan a ver televisión abierta. Los fines de semana, dan tres o cuatro películas de acción seguidas. Por alguna razón eso es la televisión familiar. Es un cine de matar, de cosas terribles. Lo ven los niños, es como si fuera la niñera de los sábados y domingos. Entonces durante seis meses, grabé de películas, los pedazos más violentos, hasta obtener unos trescientos fragmentos, los volví CD´s, compré las 32 grabadoras y los puse a sonar. Todo empezó por la pregunta ¿Por qué el género de acción es el que más se vende? ¿La gente, qué es lo que esta viendo ahí?, esas películas son anormales en términos de la historia y en términos de que están falseadas, es pura ingeniería y efectos especiales…de pronto lo que la gente ve es eso, los efectos visuales.

En las actas del jurado del premio “Luís Caballero” se dice que su proyecto cumple con una solidez formal y conceptual; desde su punto de vista ¿Cuál cree usted, es la solidez formal y conceptual que surge de su proyecto?

F.U: Cuando expuse la obra, se produjo una imagen más o menos terrorífica, como unos huevos de “aliens” puestos ahí, con una luz espectral...entonces me sorprendió, me imagino que a eso se refieren, que produjo una imagen y no era solamente un experimento sonoro.

¿Pero, esa misma instalación que se hizo en la galería Santa Fe se puede hacer en otro lugar?

F.U: Yo creo que si, pero fue planeada para ese lugar por dos razones: no caben más de 32 grabadoras y la forma circular de la sala que facilita que se oiga muy bien.

En Esfera Pública, en uno de los foros decían que eso parecía un café, una cafetería con mucha bulla.

F.U: Si, seguro. Pero también había cosas claras. Yo creo que se puede poner en otra parte, pero no va a sonar tan estruendoso.

En esfera pública también apareció un texto de Jacinto Albarracín, sobre el premio Luís Caballero: “Este fallo nos indica que sigue causando estragos en Colombia esa tendencia del “arte conceptual” que dictamina que se puede armar una exposición con cualquier cosa, ojala sea enchufable para no dejar dudas sobre su contemporaneidad, así los cables estén regados por todas partes, pues para llamarla “instalación” es suficiente con botar las cosas al piso y punto.” ¿Usted qué tiene que decir contra esto, cuál cree es su aporte al campo artístico contemporáneo en Colombia?

F.U: Pues eso es un comentario totalmente “naive”, primitivista, ingenuo, yo no le pararía bolas al comentario. Lo que si es cierto es que la gente está rodeada de estos sonidos, y no los están viendo, solamente los están consumiendo y a eso es a lo que yo voy, eso es lo que me interesa.

¿Y la memoria juega un papel importante es su trabajo?

F.U: Pues sí, yo todo lo hago a partir de recordar. Me pareció contundente que la gente podía identificar algunas películas. Hay una memoria televisiva. Yo puedo hablar más con alguien de películas, de televisión, que de otra cosa y eso ya es raro, creo que hay que explorar eso.

En esta obra usted no pinta, pero algunos de sus otros trabajos los ha realizado con pigmentos como el óleo, ¿En eso aplica una técnica en particular, o no le gusta el hecho de pintar?

F.U: Lo que trato de enseñar en las clases, es que el tema precede a la técnica, no al contrario.

¿Y no cree que esos guiones recurren como referentes rebuscados, para confundir al mismo espectador o a veces, en el caso de un premio, para confundir a los jurados y críticos que van a ver la obra?

F.U: No es más rebuscado que lo que propone el mundo comercial. Cuando éramos cazadores y recolectores, la gente solo pintaba en las paredes cazadores y recolectores, no puede ser de otro forma.

¿Y qué opina del arte colombiano contemporáneo?

F.U: Es muy interesante tal vez por lo complicado de nuestro conflicto. Creo que el arte más interesante se está haciendo en Brasil, México y Colombia. Fíjese en lo de Chile, hubo que matar 400´000 personas que no estaban de acuerdo con el régimen, si en Colombia va a suceder eso, no solo hay que matar a un millón de personas, sino que hay que matar una sensibilidad que está produciendo un arte muy intenso, además hay muchas escuelas, eso quiere decir que se está moviendo.