Gonzalo Fuenmayor

Entrevista a Gonzalo Fuenmayor por Próspero Carbonell
Editada por Maria Paula Maldonado

Gonzalo Fuenmayor nació en Barranquilla el 2 de febrero de 1977. Estudió Bellas Artes y Educación de Artes en el “School of Visual Arts”, en Nueva York, donde se hizo merecedor de una beca completa ofrecida por “The Keith Haring Foundation”, además de obtener su maestría en Bellas Artes en “The School of the Museum of Fine Arts” de Boston en el 2004. Recientemente obtuvo una mención de honor en la III versión del Premio Botero, y próximamente participará en el VI Salón Internacional de Dibujo, a realizarse en el Museo de Arte Moderno de Santo Domingo, Republica Dominicana. Otras de sus muestras individuales y colectivas más recientes son: Desplazamientos Imaginarios, Galería Pluma, Bogotá, Colombia; Ballet, “The Artists Foundation”, Boston. EE.UU.

• Se habla mucho sobre la relación que tiene la teoría con la práctica del arte. Tú le das un papel muy relevante a la intuición en el momento de crear. ¿Que tanto excluye eso la historia y la teoría del arte a la hora de desarrollar una obra? ¿La práctica crítica moldea la práctica artística?

La llamada teoría y práctica del arte son importantes. Personalmente creo que debe existir un balance entre las dos para que la obra pueda palpitar en distintos niveles al tiempo. Esto es algo que intento hacer siempre: ofrecer ventanas para discusiones a cerca de otros temas partiendo de un mismo punto. Muchas veces soy consciente de estas posibles conversaciones, otras veces no. (Y eso me gusta)

La historia y la teoría siempre están presentes en el momento de desarrollar una obra.

Digamos que la intuición es mi única herramienta para sacudir esas sabanas mentales de teorías, ideas, historia, etc. para poder divisar algo personal y genuino en el proceso de “hacer”. Sin lo primero, es muy difícil llegar a lo otro.

La práctica crítica moldea la práctica artística, y la práctica artística moldea la práctica crítica. Son siameses unidos por el tórax.

• Entiendo que con tus obras planteas preguntas. ¿Estas preguntas buscan descubrir verdades, develar realidades? ¿Son juegos libres de la imaginación, dispuestos plásticamente?

Me interesa más develar realidades que descubrir verdades. La intensidad y la emoción en el descubrimiento de algo nuevo dentro de lo obvio y de lo cotidiano es lo que me motiva a crear imágenes.

Si. Son juegos libres de la imaginación, pero también son juegos libres con los materiales, que a su vez sugieren nuevas reglas y estrategias para estos juegos imaginados.


• Mare Nostrum, los bananos y los dirigibles muestran tu interés en lo político. ¿Más allá de ese interés personal, hay una intención social?

Lo social es algo que me desvela.

¿Cómo ser social?, ¿Creando objetos que eventualmente se colgaran en paredes blancas encima de sofás caros? difícil. No se si la pintura sea la manera mas efectiva, en caso de tener una "intención social" de llegar a este fin.

Lo social y lo político me ha interesado siempre.... pero hasta ahora no he encontrado la forma de presentar esas inquietudes personales de una manera responsable por medio de mi trabajo pictórico. En muchos casos, desconfío de obras con un trasfondo social, ya que pueden caer en una moda, o en un oportunismo fácil.

Lo social compromete al artista de alguna manera. La honestidad y la responsabilidad del artista con su obra son esenciales.

La intención social esta siempre. Conectar con el otro, para mí, es una intención social. Crecer como persona, aprender cosas nuevas, luchar por sobrevivir, son para mí intenciones sociales. En la obra, lo social está presente, pero de una manera subversiva, casi camuflada.

• ¿Cómo encajan tus obras con la realidad cotidiana? ¿Están tus obras al alcance del espectador común?

No se si mis obras encajen con la realidad cotidiana, ya que mi interés radica en que precisamente no encajen y puedan generar inquietudes acerca de esa misma cotidianidad. Lo cotidiano me interesa en la medida que pueda brindar otras opciones invisibles, vistas únicamente con el reflejo deformado de la imaginación.

Yo creería que mis obras están al alcance de cualquier persona que tenga la paciencia y curiosidad de mirarlas. No hay que leerse un libro específico, saberse Derrida de memoria o verse una película para verlas.