Umberto Giangrandi

Entrevista a Umberto Giangrandi por María Posada Mylott
Edición: Natalia Sánchez Herrera


Impresión y acción de Umberto Giangrandi en Colombia

A primera vista, me encontré con un país con un país muy hospitalario.
Los primeros años estuve en las ciudades principales donde me fui abriendo cupo en la vida cultural del país, mas que todo bogotana.
Aunque Bogotá fuera más bien una ciudad con pocas luces (estaba enriquecida en cuanto a política), tenía muchos amigos en ese mundo cultural. Me metí entonces en todos los cuentos culturales: teatro, televisión, literatura, plástica, etc… con gente cuyo fin era hacer actividad dentro de la cultura; pero claro, también se tomaban algunas posiciones políticas (más de protesta que de partido).

Fui profesor de la Universidad Nacional por 33 años. En esa época trabajé con muchos artistas, y traté de reactivar la validación del grabado como arte, pues en ese tiempo se sentía muerto (era como un arte menor). También fui pintor, conferencista, escenógrafo, coreógrafo, fotógrafo… Hice siempre actividad amplia y abierta, en todos los aspectos necesarios del discurso social y ético colombianos.


Colombia en el arte de Umberto Giangrandi

El impacto social fue muy fuerte (acá no es “sutil” como en Italia). Riqueza/pobreza, desprotección social, soledad del campo…
Trabajé entonces con el tema de “violencia en Colombia”: la violencia llevada a muchos niveles. Elaboré también sobre la mujer dentro de la sociedad machista, sobre la locura, sobre lo subterráneo y el espectáculo citadino (lo prohibido, prostitución, bares, drogas, etc).
Mi obra plasma al ser humano como el ser que nunca triunfa. Ejemplificado a nivel social bajo, con esos individuos anónimos, que no resaltan, que no ganan en sus mundos posiblemente oscuros, sórdidos y llenos de soledad.
De las clases altas, también muestro su decadencia, su exceso, las formas en que adornan su entorno.
La obra siempre ha estado concentrada en el ser humano, y más enfocada en la figura femenina,


Taller 4 rojo

Un grupo de artistas plásticos, más o menos conocidos, que por similitud en nuestra línea de pensamiento, nos reunimos para trabajar sobre la identidad cultural colombiana y latinoamericana.
Finalmente, se unieron personas pertenecientes a todo el espectro social (desde médicos hasta titiriteros) para lograr un “manifiesto” sobre ese tema.


Taller 4 rojo simpatizaba con la izquierda, pero no seguía un partido político; había una intensión democrática, y no habría podido funcionar si tomaba una vía.

Además de las protestas y los aportes sociales, Taller 4 rojo revolucionó el arte en Colombia (60’s aproximadamente) eliminando la idea de genialidad individual en la obra, emprendiendo trabajos conjuntos y trabajando a partir de investigaciones y análisis.


La Reproducción

“una característica de la estampa en general, es lo asequible que puede resultar en términos económicos, con más posibilidades de circulación y conocimiento de la obra en la sociedad. Con un carácter menos exclusivo y más expansivo a nivel cultural, sobretodo a una cultural que privilegia la adquisición y el poder único. (el grabado rompe y contradice ésta mirada de poder)”.


Producción de la Obra

En principio, el artista debe tener una buena idea. Luego podrá consultar a otros artistas para perfeccionar habilidades, y así desarrollarla con su propio lenguaje y estilo. Ésta búsqueda y éste aprendizaje técnico es la función del taller.

En el taller de grabado hay un constante proceso de investigación, revisión (re-visión), nuevos descubrimientos a lo largo de todo el camino para llegar a la obra final.
Así, después de ésta edición (como lo llama Giangrandi) se puede tener el resultado final. “si el artista, al terminar la edición, no se siente satisfecho con la obra, no la firmará”.
En el grabado no debe sobresalir ningún aspecto puramente mecánico.
“a veces la edición final es llevada a una notaría, donde se obtiene un certificado legal de la edición para darles mayor seguridad a los compradores".