Manuel Santana

Editada por: Diana García Lecompte

Entrevista a Manuel Santana

y el proyecto Echando Lápiz.

Manuel Santana y Graciela Duarte son dos artistas plásticos que analizaron la Expedición Botánica, como entidad que organizó diversos recorridos por los territorios de la Nueva Granada en el siglo XVIII, para nombrar y representar la flora por medio de dibujos. Estos diseños fueron usados para clasificar las diferentes especies de plantas y luego se dieron a conocer con el objetivo de conformar un sentido de pertenencia y una “identidad” nacional hegemónica. A partir del análisis de las formas de representación de la naturaleza y la ideología occidental que está detrás de la Expedición; los artistas hacen una analogía con la Expedición Botánica y con el proyecto porque los dos hacen recorridos por un espacio para dibujar y representar la flora y mantener unos conocimientos sobre los usos de los plantas.

Al entrevistar a Manuel Santana, fue posible entender las relaciones que los artistas establecieron entre el dibujo como forma de representación de unos saberes populares y ancestrales que hacen un grupo de personas que no están familiarizadas con nociones artísticas.

1¿Cuándo y por qué surgió el proyecto Echando Lápiz?

El proyecto, que aún está en proceso, surgió en el año 2000 ante la preocupación por establecer relaciones más cercanas y profundas con los vecinos del barrio Las Cruces, un sector deprimido en la ciudad de Bogotá. Como nunca tuvimos una relación directa con los vecinos y sólo teníamos imaginarios de ellos, quisimos armar una estrategia que tuviera que ver con ellos, tener y mantener contactos más duraderos que un simple saludo por las mañanas y por eso los convocamos para hacer reuniones constantes, para dibujar mientras entablábamos conversaciones sobre las experiencias, los problemas y las esperanzas individuales y compartidas. A través de dibujos de plantas creamos espacios para vincularnos y conocernos. Las personas dibujan plantas que tienen en la casa o que usan ocasionalmente con fines decorativos, medicinales o alimenticios. Con sus propios conocimientos, ellos anotan esas funciones con el fin de preservar una memoria colectiva y por lo tanto una identidad rural. Más adelante, el proyecto se ha expandido hacia otros sectores de la ciudad y las zonas para dibujar han sido parques y plazas, lo que permite también que las personas se apropien del espacio público y lo disfruten. Cada persona elabora una bitácora o diario donde exponen sus dibujos junto con una pequeña descripción de la planta, su nombre popular y algunos usos con el fin de rescatar una memoria popular y las relaciones de las personas con la naturaleza.

A pesar de que el proyecto es coordinado por artistas plásticos, las razones para realizarlo, su desarrollo y sus consecuencias no se limitan únicamente al ámbito de lo artístico, sino que traspasan hacia otros campos sociales como la integración y la movilidad social. Así, el proyecto es una práctica que mezcla lo artístico con lo social y produce una integración colectiva, la representación de una memoria popular y tradicional y el fortalecimiento de lazos de unión y apoyo entre las personas.

2. ¿Ustedes están apoyados por alguna institución del Estado o del Distrito como la Secretaría de Cultura y Turismo?

No, el proyecto no está apoyado por ninguna institución porque nos interesa mantener una autonomía sobre el proceso y sobre lo que acontece en el proceso. No nos interesa ninguna ayuda de entidades públicas o privadas, ayuda entendida como un presupuesto económico, porque creemos que las instituciones usan éste tipo de proyectos para fortalecer su propia imagen y al mismo tiempo generan una idea de que están haciendo algo por la sociedad. Nos interesa es generar vínculos y relaciones con las personas, saber que piensan las personas acerca de la ciudad y de su entorno sin importar la clase social. El proyecto se desarrolla a partir de estrategias sencillas como el dibujar, una actividad que no es exclusiva de los artistas, sino de cualquier persona en su cotidianidad. Así, es posible generar espacios creativos con pocos recursos económicos. Hemos accedido a algunos recursos por premios o reconocimientos que nos han dado y hemos expuesto nuestro trabajo en la Galería Santa Fe y muchos otros contextos diferentes a los espacios tradicionales para el arte.

El proyecto está más orientado hacia el arte como un factor de movilidad e integración social que hacia las nociones estéticas que tradicionalmente han caracterizado a las producciones artísticas. En este proyecto, el artista es un trabajador social que puede intervenir en una comunidad, no sólo por medio de su obra de arte, sino también por medio de diferentes prácticas interdisciplinarias con una finalidad de mejorar aspectos sociales y urbanos. Así, el artista puede ser un actor social que facilita la creación de espacios donde es posible modificar la naturaleza urbana y las relaciones entre otras personas.